Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe. Cuando su trabajo esté hecho, su objetivo cumplido, dirán: lo hicimos nosotros mismos.

Lao-Tse (601-531 a.C.). Filósofo y escritor chino.

Últimamente no he publicado en el blog porque hemos tenido un fuerte exceso de trabajo. Como comentábamos en el post previo, la empresa donde laboro dejó ir a uno de los managers, contratando un reemplazo casi un mes después. Sin embargo, el nuevo está requiriendo más tiempo del planeado originalmente para ser 100% productivo, lo que aunado a que otro de los managers finalmente decidió jubilarse, han implicado bastante esfuerzo adicional al que ya veníamos llevando.

Por ello, estos últimos meses han sido de trabajar de «solo a sol»: llegar a las 7:30 AM al trabajo para salir 5:30, recoger a los niños de la escuela, y luego conectarse más tarde para llevar a cabo todas esas tareas administrativas que a nadie le gustan, pero que todos tenemos que hacer en algún punto de nuestras vidas laborales: actualizar planes de trabajo, revisar que las finanzas de los proyectos estén sanas, o responder decenas de correos acumulados. Esto claro, adicionalmente a lo que significa llevar un delivery de software: reunirse con el equipo para llevar a cabo «stand up meetings«, revisar que el build diario no se rompa y «peinar» el Jira para llevar el día a día. Así, en algunos casos el horario laboral se extiende de 8 horas hasta más de 12.

Es así como me topé con este pequeño post en Bored Panda, en el que se preguntan si un horario de menos horas es mejor para nuestra salud – definitivamente lo es – y por qué los empleadores y clientes hacen caso omiso de una clara mejora en productividad como resultado de un mejor equilibrio entre nuestra vida laboral y personal:

La transición hacia nuevos procesos de fabricación en Europa y los Estados Unidos desde finales de 1760 hasta 1840 – la revolución industrial – significó muchos cambios en la vida de la clase trabajadora. Antes de la revolución, la mayoría de la fuerza laboral se desempeñaba en la actividad agrícola, pero a medida que las ciudades y las fábricas crecieron, mucha de ella migró hacia las zonas urbanas. Las fábricas tenían que producir las 24 horas del día, los 7 días de la semana, por lo que se esperaba que los empleados trabajaran entre catorce y dieciséis horas al día. Los salarios eran pésimos, especialmente para mujeres y niños. Los trabajadores solo tenían un día libre a la semana. La jornada laboral de ocho horas no se hizo común hasta principios del siglo XX, gracias a los activistas que introdujeron la idea de «Ocho horas de trabajo, ocho horas de recreación, ocho horas de descanso». Sin embargo, ¿Deberían aplicarse los estándares del siglo previo a la vida laboral moderna? El día laboral de 8 horas aún plantea preguntas para muchos, especialmente para aquellos familiarizados con la investigación que sugiere que este estándar no es eficiente ni productivo.

Un usuario de Tumblr, que se ha llamado northw0man, ha comenzado una discusión en la plataforma social, sugiriendo que deberíamos reconsiderar el horario de trabajo estándar.

… como sea, el día laboral de 8 horas y el concepto de «8 horas de trabajo, 8 horas de descanso, 8 horas de recreación» es anticuado y está basado en las vidas y necesidades de hombres heterosexuales casados que tenían una esposa en casa realizando labores no remuneradas como la labor doméstica, el cuidado de los niños y de los ancianos. Todos deberíamos estar luchando por un día laboral de 4 horas, para ser honesta.

Otra persona se sumó al tema, proporcionando un enlace acerca de una investigación reciente sobre el vínculo entre productividad y tiempo de trabajo.

La investigación sugiere que durante un día laboral de ocho horas, el trabajador promedio sólo es productivo por dos horas y 53 minutos.

La investigación señala un hallazgo significativo: el trabajador promedio, que labora 8 horas al día, solo es productivo durante 2 horas y 53 minutos. Mientras evaluaba a casi 2,000 empleados de oficina, el estudio también reveló que durante la mayor parte del tiempo que están en el trabajo, las personas no están trabajando. ¿Sorprendente? Bueno, los investigadores explican que se gasta más de 1 hora en leer noticias; revisar las redes sociales toma aproximadamente 44 minutos y hablar con compañeros de trabajo sobre temas no relacionados con el trabajo, toma alrededor de 40 minutos. La búsqueda de nuevos trabajos, pausas para fumar, hacer llamadas, servirse y beber bebidas calientes, enviar mensajes de texto, comer o preparar comida también se acumulan, añadiendo mucho tiempo perdido. Por lo tanto, la mayoría del tiempo en la oficina es improductivo. Si eliminamos todo el tiempo improductivo de un día de 8 horas, solo quedan 4.

Se llevó a cabo un experimento con un día laboral de 6 horas en Gotemburgo, en un asilo. El personal incrementó su felicidad y salud y los ancianos también se sintieron más felices porque el personal se enfocaba más en sus necesidades ya que no estaban sobrecargados y cansados. El personal sentía que tenía más tiempo y energía con los ancianos.

El usuario llamado thesnarkbait también aportó su opinión al tema, mencionando la investigación realizada en Gotemburgo, Suecia. Señaló que las enfermeras que participaron en un día laboral de 6 horas para la investigación, mostraron una mejor productividad, alcanzaron un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal, e incluso sus pacientes notaron un aumento en la calidad de la atención. Sin embargo, parece que los empleadores no están muy interesados ​​en adquirir los nuevos estándares sugeridos.

Recientemente se publicó un artículo acerca de un asilo en Estocolmo donde «sobre contrataron» (Yo diría que tan sólo contrataron suficiente gente), es decir añadieron 1.5 veces la cantidad de personal de tiempo completo. Se alcanzó una mejora económica, no solo en la salud de los trabajadores, sino también en términos de menos empleados eventuales, menos pago de tiempo extra y menos tiempo desperdiciado en entrenar a nuevo personal.

El día laboral de 8 horas fue recibido con la misma mofa que el día de 6 horas. Alguna vez, las clases altas pensaron que días laborales de 14 horas eran razonables porque los pobres se meterían en problemas al tener tiempo libre. Incluso cuando existe una ganancia neta al preocuparse por sus trabajadores, los empleadores prefieren hacerlos miserables y pagar el costo con nuevas contrataciones, costos médicos y un bajo desempeño. La gente ha luchado y perdido sus vidas por nuestro tiempo libre y nuestros fines de semana, incluso cuando sabemos que un trabajador saludable resultará en una compañía saludable.

Así que no es extraño, ni increíble, retomar esa lucha otra vez. No hay nada sagrado ni especial en un día laboral de 8 horas. No está escrito en piedra. Puede hacerse.

¿Qué piensan? ¿Deberíamos esforzarnos por reducir las horas de trabajo? Después de todo, parece que definitivamente sería una situación beneficiosa para todos, tanto para el empleador como para el empleado.

De acuerdo al Harvard Business Review (HBR), no es tan descabellado intentar terminar todas nuestras actividades en seis horas: Muchas de las organizaciones actuales sabotean inconscientemente la productividad de sus empleados al establecer expectativas contraproducentes sobre disponibilidad, capacidad de respuesta y asistencia a reuniones. Esto lo sé porque he sido víctima de días enteros yéndose como agua entre reuniones innecesarias, bandejas de correo saturadas y trabajo administrativo que nadie más puede (o quiere) hacer. Y aunque los jefes siempre pregonan: «delégalo; que lo haga otro», en realidad como líderes tenemos que hacer todo lo posible por no empujar ese trabajo administrativo a nuestros desarrolladores, pues su tarea primordial es «hacer magia», mientras la nuestra es quitar todo aquello que se los impida – después de todo, ellos mismos sólo dedican 5.2 horas al día siendo productivos.

Entonces, ¿qué tendríamos que hacer para maximizar nuestra productividad? Algunos tips incluyen:

  • Enfocarse en las tareas que generan valor (el principio del 80/20)
  • Eliminar las tareas que no agregan valor, reduciendo el tiempo de las reuniones, desactivando notificaciones de correo y revisar la bandeja de entrada en tiempos predefinidos.
  • Automatizar las tareas en la medida de lo posible.
  • Subcontratar – si no se puede automatizar, probablemente se puede delegar o subcontratar.
  • Experimentación, medición y adaptación para descartar la inversión de tiempo en las tareas equivocadas.
  • Usar técnicas de productividad, como bloquear el tiempo en el calendario, trabajar en una tarea a la vez, hacer lo más difícil primero, escuchar pulsos binaurales o usar la técnica Pomodoro.

Si bien es difícil adoptar días de 6 horas – el estudio de Gotemburgo se quedó sin fondos, y las enfermeras han regresado a sus turnos de ocho horas – sí podemos buscar aumentar nuestra productividad y de ser necesario, encontrar organizaciones que estén dispuestas a realizar este tipo de inversión a través de horarios flexibles y home office. Ahora que el mundo se está volviendo global y las nuevas generaciones ya no están dispuestas a quedarse en un puesto de trabajo sólo por el dinero, es una buena idea recordar que los empleos se están convirtiendo en actividades altamente intelectuales y auto-administradas, por lo que un horario fijo ya no debería ser necesario. Como quiera que sea, es necesario evolucionar:

Pic: Modern Workplace

Las empresas que optan por seguir siendo relevantes y exitosas, deben transformarse para ofrecer la misma opción y acceso a los avances tecnológicos en el lugar de trabajo que sus empleados experimentan en su vida diaria, para liberar su creatividad. La tecnología es una clave, pero la transformación digital requiere que los líderes empresariales reconsideren cómo conectan a sus equipos de manera efectiva.

(Fuente: Ammar Hasayen Blog)