… el título de este post es el inicio de un chiste gringo, mamón y racista, cuyo remate reza: porque los Mexicanos no trabajan en el futuro tampoco.

<sarcasmo>Jaja, el «ingenio gringo» en todo su esplendor.</sarcasmo>

Pues bien, después de todo, los medios de propulsión usados por las naves como el Enterprise de Star Trek sí tienen algo en común con nosotros: las bases teóricas de éstos fueron definidos por primera vez de manera coherente y matemáticamente correcta… por un Mexicano. Les presento al Dr. Miguel Alcubierre, creador del concepto ‘Impulsión de Alcubierre‘ o para los Trekkies de corazón, del denominado ‘warp drive’:

Miguel Alcubierre

El Dr. Miguel Alcubierre, Mexicano egresado de la Facultad de Ciencias de la UNAM y creador del concepto físico detrás del ‘warp drive’ de Viaje a las Estrellas (Fuente: Lifeboat foundation).

De que México tiene talento, lo tiene ¿qué no? Y no es que el señor se haya hecho chaquetas mentales, pues tiene un doctorado en la Universidad de Cardiff en el Reino Unido y trabajó en el Instituto Max Planck de Física Gravitacional en Potsdam, Alemania. Su hipótesis sugiere que es posible «doblar» el espacio-tiempo alrededor de la nave sin necesidad de desplazarla, como se demuestra en este fragmento del programa «Ciencia de lo Imposible» del Discovery Channel. De hecho, ya se han realizado varios experimentos que parecen demostrar su teoría, pero para ir más allá de ‘algunos átomos en el laboratorio’, es necesario contar con cantidades de energía que harían parecer a nuestra producción mundial energética como un simple cerillo contra una explosión nuclear.

Una posible respuesta a nuestros problemas: la antimateria

Resulta que para llegar a lugares como Alfa Centauri, localizada a unos 4.2 años luz de distancia de la Tierra, mediante medios convencionales de propulsión necesitaríamos hasta 21,849 años para llegar hasta allá. Incluso con tecnologías de vanguardia como los motores nucleares definidos en el Proyecto Orión, requeriríamos de 44 años de viaje y hasta veinte mil millones (20,000,000,000) de bombas nucleares como la de Hiroshima de 1945. En la actualidad, esto excede la capacidad técnica de nuestra especie por un amplio margen. Sin embargo, hace un par de días se dio un gran avance al respecto: científicos del experimento ALPHA en el laboratorio CERN de la Unión Europea lograron por primera vez en la historia, contener en una trampa magnética átomos de anti-hidrógeno:

Lo interesante de Alpha es que hemos logrado conservar esos átomos. Tenemos un contenedor magnético, una especie de botella, que almacena el anti-hidrógeno […] Por razones que todavía nadie entiende, la naturaleza descartó a la antimateria. Por ello es muy gratificante y un poco abrumador, ver al dispositivo ALPHA y saber que contiene átomos de antimateria estables y en estado neutral.

— Jeffrey Hangst, portavoz del experimento ALPHA en el CERN.

Puede que no suene muy importante, pero es necesario entender que la antimateria es un producto muy ‘volátil’, que al entrar en contacto con materia común y corriente, provoca la desintegración de ambas, dejando detrás una enorme cantidad de energía. Para hacernos una idea, 1 Kg de antimateria es equivalente a 43 millones de toneladas de dinamita. En el diseño Orión de más arriba, una cantidad de antimateria correspondiente al peso de un crucero de lujo (unas 7,000 toneladas) nos puede llevar sin problemas a Alfa Centauri en cinco años, o al planeta Marte a través de un risible viaje de tan sólo 7 minutos.

¿Por qué necesitamos ir ‘allá afuera’?

El tema de una posible expansión en el espacio es un debate que en muy pocas ocasiones ha sido tomado en serio, ya que muchos consideran de mayor prioridad corregir los problemas que tenemos ahora mismo en la Tierra antes de lanzarnos literalmente, ‘al infinito y más allá’. Sin embargo, como Jesus Diaz, escritor del blog profesional Gizmodo ha descrito elegantemente:

La exploración del espacio es la más épica e importante aventura que haya emprendido la Humanidad. Cuando viajemos al espacio abriremos el camino a nuestra propia preservación. Estaremos tratando de contactar otras civilizaciones. Estaremos tratando de responder las interrogantes más grandes de todas: ¿Quiénes somos? ¿Por qué estamos aquí? ¿De dónde venimos? ¿Estamos solos en esta roca que llamamos Tierra?

Pero aún hay más. Mucho más. En última instancia, lo más importante no será encontrar las respuestas a estas eternas preguntas. Lo más importante será el proceso de alcanzar las estrellas. Porque si logramos llegar ahí, significará que habremos sobrevivido como especie. Esa es la única manera de desarrollar la ingeniería y recursos necesarios para construir algo como el Enterprise. Habremos sobrevivido a la autodestrucción, solucionando los problemas que tenemos aquí, colaborando, trabajando juntos como especie, no como países o corporaciones.

De eso se trata la exploración espacial y el viaje interestelar. Sólo si logramos ir más allá de nuestras luchas mezquinas y guerras estúpidas, sólo si trabajamos juntos hacia un mejor futuro, podremos ir a donde nadie ha ido antes. Y volver para contarlo antes de que la cena se enfríe.

Jesus Diaz. Why We Need to Reach the Stars (and We Will). (Gizmodo Blog, 2009).

Efectivamente, tan sólo para desarrollar muchas de las tecnologías para ‘saltar el charco’ que representa el océano cósmico, podríamos encontrar la solución de una gran parte de nuestros problemas actuales: ¿Que se nos están terminando los combustibles fósiles? ¡No hay problema! Se están desarrollando reactores de fusión nuclear, baterías de alto poder basadas en nanotecnología y transmisión wireless de electricidad. ¿Que debemos asegurar alimento para generaciones futuras? Ya existen planes para desarrollar granjas urbanas en 3D potencialmente utilizables en el espacio. ¿Y el cambio climático? Algunos países antes no lo hacían, pero ahora que ven la tormenta en el horizonte han comenzado a trabajar en maneras sustentables de explotar sus recursos naturales, mientras otros que cuentan con la capacidad económica y tecnológica, están buscando cómo impedir que la tempestad crezca en intensidad y nos tuerza a todos.

Así que, es mejor cooperar y empezar a ver la manera de ir todos juntos al espacio… o corremos el riesgo que por tontos nacionalismos e intereses particulares algunos empiecen a quedarse en el olvido. Dándole un revire al sebo chiste con el que inicié este post, creo que el futuro más bien será así:

Pekín… aquí base tranquilidad. El Dragón ha alunizado…